Un rincón en el Pirineo

Nos encanta el mar pero cada vez tenemos más claro que en pleno verano lo que mejor nos sienta es la montaña. Con los años hemos recorrido el Pirineo de punta a punta con nuestra autocaravana pero hay un rincón que es nuestro preferido, por unanimidad familiar: El valle de Zuriza. 

Zuriza es el nombre del alto valle de Ansó, en la provincia de Huesca, lugar de nacimiento del río Veral. De ahí toma su nombre el camping de montaña que lleva décadas recibiendo montañeros, ya que es un tramo de la ruta GR-11 que recorre todo el Pirineo y  el lugar se encuentra rodeado de emblemáticos montes que rondan los 2.000 metros (Mesa de los 3 Reyes, Petretxema, Txamantxoia, Ezkaurre, Rincón de Alano...) 

A unos 4 km del camping se encuentra también el Refugio de Montaña de Linza.

Antes pernoctábamos con la autocaravana fuera del camping, cerca de las pozas o en el mismo aparcamiento del refugio, pero desde hace ya 3 o 4 años y ante el aumento de campers y autocaravanas en la zona, se prohibió pernoctar en todo el Parque Natural. De manera que metemos la autocaravana en el camping y desplegamos todo nuestro ajuar.

Y a partir de ahí, el disfrute es total. Monte día sí, día no. Aunque el que toca "descanso" siempre cae un paseo hasta Tatxeras (una pista de 3 km que sigue el curso del río y de la espectacular cordillera de los Alanos) o una carrerita hasta Linza. Un paseo por los bosques de hayas y baños en las pozas de la zona. Cerca del camping hay varias pozas, pero este año hemos visitado una de camino a Ansó que es una maravilla, bien profunda y con cascada .

 

Este año ha sido un verano caluroso por lo que hemos hecho una práctica muy común en montaña: madrugar. Es la clave. A las 7:00 caminando y según el monte que toque ese día, para las 2 o 3 estamos de vuelta, con un hambre de lobos y toda la tarde libre para leer a la sombra de una árbol junto a una poza fresquita.

Todos los años repetimos algunos montes que nos gustan mucho y se han convertido en imprescindibles, como el Achar de Alano o el Ezkaurre, pero también hacemos nuevas rutas. Este año mi descubrimiento favorito ha sido el Petrafitxa. Tiene una ruta muy variada y las vistas de la cima son preciosas.

Pero si de algo no nos vamos a olvidar es del VIVAC (dormir al aire libre) que hicimos en la cima del Txamantxoia. En realidad dormimos un poco más abajo, refugiados del viento. Metidos en los sacos y bocadillo en mano, vimos un anochecer magnífico.

 

De madrugada el viento paró por completo, el cielo se llenó de estrellas y salió una luna espléndida. Y ya el amanecer nos regaló unas visas espectaculares, con brumas esparcidas por los valles.

Aprovechamos las primeras horas para llegar hasta la cima y bajar hasta el camping, donde nos esperaba nuestra querida autocaravana y un desayuno de campeones.